1. Huir
del «ellos-nosotros», que provoca odio, porque demoniza. Parece evidente,
pero termina entrando en la mayoría de discursos. La bondad no necesita acusar
para brillar en la oscuridad.
2.
¿Tienes algún amigo que piensa completamente distinto de ti? Tómate tiempo
para escuchar sus argumentos con interés, sin interrumpirlo. Completará las
áreas que no ves, y saldrás más maduro.
3.
¿Tienes algún amigo que piensa completamente distinto de ti? Pregúntale cómo
se siente ante la situación, e intenta tener empatía por el sufrimiento que
expresa. Tener en cuenta el sufrimiento del otro nos ahorra hacer aquello
que empeoraría el conflicto.
4. ¿Qué
información “comes”? Atrévete a empezar una nueva forma de informarte:
escoge un medio de información serio español, y prueba a conectar la televisión
catalana (TV3) desde internet. Cada día escucha ambos medios: aunque a veces
cueste, el catalán se entiende. Sospecha de tu cadena de siempre, e intenta
aprender algo de la otra, que nunca escucharías... Este espíritu crítico nos
hará ser amos de nuestros actos y palabras, sin dejarnos llevar solo por los
sentimientos.
5. El
fin no justifica los medios. Si el fin es una forma de entender el país, el
medio no puede ser dejar excluídas y heridas las personas por el camino. Busca
puentes con el que piensa muy distinto de ti. A menudo los políticos no lo han
hecho, y así de crispado está el ambiente. Quien tiene cuidado del camino no es
débil, sino alguien que se asegura el final.
6. No
humillar. Distribuir chistes es divertido, pero si denigran la dignidad de
colectivos se propaga el enfrentamiento. Tampoco no ayudan las humillaciones
verbales, ni hacer comparaciones con el nazismo o similar. Todo eso da un
mensaje indigno que no une a personas distintas ni construye país.
7. Lo
absoluto son las personas, no las ideas, que están al servicio de las
personas. Si alguien agrede a quien no piensa como tú, ¡protégelo! Las personas
no se clasifican por sus ideas, todas tienen igual dignidad. Al final, tu gesto
cambiará el corazón de la gente.
8. ¿Qué
me crispa más y por qué? Solo mantendrá la serenidad quien es capaz de
entrenarse para que sus propios sentimientos no lo controlen. Si eres
cristiano, rézalo (Rm 12,21!); y si no, medítalo.
9. ¿Qué
acciones podría hacer para tocar el corazón de quien no piensa como yo?
La mejor noviolencia busca desarmar con gestos generosos, ni que sean respuesta
a una injusticia que me han hecho. El Guardia Civil que frenó un escrache
cantándole un fandango iba en esta dirección.
10. Estar
dispuestos a recibir injusticia. Lo contrario es rebotar la injusticia en
venganza, y así el espiral de violencia empeora. Quien tiene la madurez de
recibir golpes y no devolverlos (la paz es el camino, según Gandhi) está
avanzando el final del conflicto.
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