dissabte, 28 de novembre del 2015

La catequesis infantil y familiar: formar pequeños y grandes apóstoles



 



En la última reunión de padres y madres de la catequesis salió la siguiente reflexión-oración de una madre, Esther. Después fue enviada a los demás que no pudieron o no quisieron venir: “Jesús me ha invitado a su “banquete”. Pepe y Maribel lo han preparado y tenían la puerta abierta cuando he llegado, aunque fuera tarde. Tú, Jesús, te fijaste en mi hace tiempo y sigues haciéndolo. Doy gracias al Padre”.
Estas palabras son ejemplo de que el trabajo de la catequesis que realizamos no es dedicarnos exclusivamente a transmitir doctrina sana. Más bien es compartir  mutuamente experiencia sana con Jesucristo que siempre se acerca a los que necesitan médico. Relatos pintados con brocha gorda de la vida misma que hace más auténticas las reuniones tanto de padres como de chavales. Por eso lo que dice Cristo es buen medicamento para nuestro corazón que muchas veces está afectado de heridas que les cuesta cicatrizar: “Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.” (Mateo 9, 12-13). 



Los catequistas Maribel y Fidel afilan sus corazones antes de llegar al local para encontrarse con los niños y niñas. Sus vidas también están atravesadas por la realidad cruda, ruda y madura. Aunque adquieren cierta altura gracias a la relación con el Cristo que se agacha por muy bajos que seamos. Las catequesis se desmenuzan en carne viva con los mismos catequistas que son el libro abierto que Jesús utiliza para hacerse cercano aunque parezca que está más allá de la Vía Láctea. Así, sin la transparencia de los catequistas los encuentros con Jesús alrededor de una mesa serían absurdas clases frías de oraciones y doctrinas obsoletas. Cristo se presenta en el latido de los niños junto a un hombre y una mujer que podrían ser su abuelo o su madre. Pero que se convierten en hermanos mayores con el mismo Padre de generación en generación.
¡Qué bien recordar un párrafo de un encuentro de formación sobre el catecismo de la Asociación de Sacerdotes del Prado hace unos años en Lyon (Francia)!: “Instrucción sencilla, con preguntas y respuestas. No es el libro el que instruye sino el sacerdote, el catequista… Conmover, afectar el corazón de los ignorantes, finalidad de la instrucción catequética, tal como la reflexionaron y pusieron en acción los pioneros del Prado, esto implica el testimonio de hombres y mujeres que tienen una profunda experiencia del Salvador. La instrucción no era la fría transmisión de verdades misteriosas. Era la comunicación apasionada de Aquel que los hacía vivir en la alegría y el amor hasta la entrega de sus propias vidas. Solo la experiencia creyente vuelve capaz de dar a conocer, amar y seguir a este Jesucristo, fuente de esperanza de los desesperados. Si no se trata de dejarse configurar a Cristo pobre, inmolado y comido, todo es superficial y un espejismo…” (Material de trabajo “Hacer el catecismo. Transmisión del conocimiento de Jesucristo. Apostolado ante los niños y los jóvenes”).
De esta manera, somos fieles en la formación los que tenemos la llamada de comunicar la Buena Noticia a los y con los niños, jóvenes y adultos. Cada mes nos reunimos Fidel, Maribel y Delia (catequistas de niños de Bellavista), Felisa (catequista de chavales de Can Bassa), Adriana (catequista de adultos de Bellavista) y Mercedes (catequista de críos de Canovelles). Lo que nos importa en cada sesión de formación es escuchar a Jesucristo en los aspectos que creemos tener más flojos. Un ejemplo. En la próxima reunión los y las catequistas profundizaremos nuestra experiencia de oración. No podemos hacer que los niños se aprendan el padrenuestro si no van descubriendo que Dios es Padre para todos y no para unos cuantos.
Acabo… “Es necesario formar catequistas, pero también niños que sean pequeños apóstoles en el mundo…”. Esta fue la intuición del fundador del Prado, el sacerdote francés Antoine Chevrier.

Pepe



divendres, 27 de novembre del 2015

El MIJAC: más que cosas de niños



 
Desde este número iré repasando mis vivencias pastorales y espirituales como cura en los diferentes grupos que forman o tienen relación con nuestra parroquia de barrio obrero. ¡Qué mejor manera que comenzar por los niños y niñas! He preferido empezar por un movimiento apostólico de Iglesia formado por chavales y para chavales. Aunque suene raro, tiene que ver mucho con lo que es Iglesia (Asamblea de Amigos de Jesús). El MIJAC es más que un grupo de chavales de 6 a 14 años que se reúnen cada sábado de 17:00h a 19:00h en el local parroquial. Es un colectivo diocesano que va más allá de la comunidad parroquial porque se coordina con otros colectivos (llamados centros de MIJAC) a lo largo y ancho de Cataluña y las Islas Baleares. Yo diría que es una experiencia misionera en que los niños y niñas son los protagonistas de lo que dicen y hacen. Por tanto, los adultos (animadores, iniciadores y consiliarios) están al servicio de los críos. El MIJAC tiene cinco letras que suenan a música celestial y eclesial: M de Movimiento, I de Infantil, J de Juvenil, A de Acción y C de Católica. Ya podéis observar que es más que cosas de niños, porque Jesús nos los pone en medio de la comunidad de cristianos para que los tengamos en cuenta a la hora de llevar su mensaje de paz, justicia, amor… a los demás (niños, jóvenes y adultos).  Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: Os aseguro que si no cambiáis y os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 18, 2-3)


Seguro que os preguntaréis si los críos están solos. No. Están acompañados por unas personas que les animan para realizar esta tarea tan importante que estamos explicando. Son los llamados animadores. Éstos son adultos de más de 18 años que también se tienen que formar para saber cómo estar con los chavales y llegar a ser amigos y testimonios de Jesucristo. Os presento al equipo de animadores y animadoras del MIJAC de Bellavista. Dèlia es la consiliaria que se dedica a que se tenga presente a Jesús en el día a día del MIJAC con oraciones, dinámicas, videos, canciones, juegos, charlas personales, celebraciones... Mercedes es la responsable del centro a nivel de animadores. Ella se coordina con otros responsables de las diócesis de Barcelona y Terrassa para trabajar ciertas cosas de organización para que los chavales puedan vivir el MIJAC como un regalo de Dios. Parece mentira, Mercedes venía al MIJAC para traer a su hija. Pero su hija no continuó y la mamá se quedó. Y ya lleva cuatro años como animadora. Marc es el benjamín del equipo de animadores con sus 20 años. Lleva un año como animador y está aprendiendo de lo lindo. En mi caso soy iniciador y formador del centro de Bellavista. Lo que hago es ofrecer una formación adecuada para que los niños y los adultos aprendan lo que realmente es el MIJAC.
También, poco a poco, conociendo a Jesús como amigo, los niños y los preadolescentes se ponen en acción para llegar a otros chicos y chicas que necesitan la Buena Noticia. Y lo hacen con los medios que tienen a su edad: juegos, colonias, trabajos manuales, revistas hechas por ellos, excursiones, dibujos, videos, el mismo grupo de su misma edad… Sin olvidarnos de que todos los niños de Cataluña y Baleares eligen un lema. Es decir, es una frase que los chavales tendrán en cuenta en todo lo que hagan en su centro durante dos años.  El lema actual es “L’esforç i el treball en equip dóna fruits”.
Os tengo que decir que los chavales van adquiriendo madurez a partir de las responsabilidades que van teniendo. Hay niños que son responsables de grupo, de centro, de revista, de economía, de limpieza, de material.. No os podéis imaginar la cara que puso de satisfacción Yago cuando fue elegido como secretario por su grupo de mayores, que se llama “Los tigres negros”. Yago ahora está más centrado a la hora de coger apuntes de lo que va saliendo en el grupo. Y no digamos María, que se quiere presentar como miembro del CAJIM (MIJAC al revés). El CAJIM es el equipo de niños y niñas que representan a todos los centros de MIJAC que hay en Cataluña y las Islas Baleares. Así, los chavales del MIJAC de Bellavista tienen que hacer propaganda de María para que la voten los otros chavales del resto del movimiento. Ya veis que nos los pasamos bomba...

Pepe
 

dijous, 5 de novembre del 2015

Distancias cortas





El otro día cuando volvía de hacer retiro espiritual con algunos curas de la Asociación de Sacerdotes del Pradó de Catalunya i les Illes Balears me paró una chica con rasgos de algún país del Este. Me pidió que le diera algo para comer. Rápidamente también se me aproximó un hombre, que después pude adivinar que sería su compañero sentimental, con la misma canción sin música. “Tú me tienes que ayudar para comer” me dijo con un tono contundente y casi amenazador. Les dije a los dos que les pensaba ayudar y fuimos a buscar un bar. En el transcurso del camino la demanda cambió. Se pasó de la comida para aquella pareja a leche de recién nacido prematuro para un posible hijo. Fuimos en busca de una farmacia cuando decidieron que era lo mejor. Preferían quedarse ellos sin comer para que su hijito tuviera su alimento. Como por arte de magia otra vez cambió de parecer. Me dijo que la leche era cara y acabó por pedirme que le comprara dos billetes de autocar para volver a Barcelona porque de allí venían. Insistí en comprarles la famosa leche sin lactosa. Pero no aparecía en las dos farmacias que fuimos. Al final el buen hombre se despidió cuando la situación se estaba convirtiendo en una obra de teatro surrealista. La leche que le compré no era la que él pedía. La que deseaba no existía. 

El dependiente de la última farmacia me advirtió, cuando aquel sujeto ya se había marchado y me estaba devolviendo el importe, que aquella pareja ya había venido varias veces con otras personas con la intención de que se les pagara algún medicamento. E, incluso, me siguió explicando, que más de una vez habían entrado al establecimiento para pedir dinero porque no les llegaba para pagar el importe total. Fue más de media hora de distancias cortas porque me sentí con el aliento de un hombre y una mujer que necesitaban ser reconocidos, necesitados de todo y de nada.
Jesucristo también es una persona de lo cercano, impregnándose de lo más bajo de lo humano para levantarlo a lo más bello del ser humanamente dignificado por la divinidad: Cuando llegaron al sitio llamado de la Calavera, crucificaron a Jesús y a los dos malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda. (…) Uno de los malhechores allí colgados le insultaba, diciéndole: ¡Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros! Pero el otro reprendió a su compañero diciendo: “¿No temes a Dios, tú que estás sufriendo el mismo castigo?” Nosotros padecemos con toda razón, pues recibimos el justo pago de nuestros actos; pero este no ha hecho nada malo. Luego añadió: “Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.” Jesús le contestó: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. (Lucas 23, 33.39-43).
Otro día yendo a comprar algunas cosas me encontré con Emilia, una mujer que había estado cantado en la “Coral Harmonia” de la parroquia. Ella venía de hacer un encargo con su ritmo delicado después de pasar mucho tiempo recuperándose de sus problemas físicos y de alguna operación quirúrgica. Me invitó a su casa que estaba situada a pocas calles de nuestro encuentro de distancias cortas y sonrisas largas. Pasamos una tarde agradable de infusión y chocolate con sal con la compañía posterior de Pere, el masajista militante que le ayudaba en su recuperación.
Hay que remarcar que también el Hijo del hombre se expresa de la misma manera de proximidad encarnada en estos momentos festivos de humanidad como en las ráfagas de desaliento deshumanizador del caso anterior. Regenera a la persona para humanizarla con mucho amor entregado sin condiciones; saca lo mejor de uno, aunque apunte a que todo está perdido. Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenad de agua estas tinajas.” Las llenaron hasta arriba, y les dijo: “Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.”  Así lo hicieron, y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. (Juan 2, 6-9a).

Pepe