Por motivo de la conversación con una voluntaria de Cáritas con la fragilidad humana de fondo.
Déjame
Déjame que te ponga
mi mano en la tuya
tu mano en mi cintura
para hacer de tu vida
un baile de ternura.
Déjame que te descubra
mi mirada en la tuya
tu mirada en mi instantánea
para agradecer que un día
vimos lo que nos unía.
Déjame que te ofrezca
mi pisada en la tuya
tu pisada en mi sandalia
para favorecer nueva vía
en los pasos de por vida.
Déjame que te escriba
mi frase en la tuya
tu frase en mi alma
para leer con sabiduría
lo que pasa cada día.
Déjame que te quiera
tras tu maldita caída
que me la hago mía
porque soy tu Colega
en la herida más profunda.
Pepe Baena Iniesta
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