Al acabar los ejercicios espirituales en Raimat (Lleida)
sólo me brotan palabras de agradecimiento, acompañadas con retos para
seguir caminando, siempre en comunidad, con el Buen Pastor:
Amor de Pastor
Dejándome amar
por ti, Jesús Pastor,
abrazo de verdad
con fraterno fervor.
No de funcionario
ni de mercenario,
no de bibliotecario
ni de becario.
Dejándome querer
por ti, Jesús Pastor,
sirvo con todo mi ser
aunque pase frío o calor.
No de boticario
ni de estrafalario,
no de culinario
ni de ferroviario.
Dejándome amar
por ti, Jesús Pastor,
vivo la comunidad
con pasión y valor.
No de gregario
ni de revolucionario,
no de libertario
ni de notario.
Dejándome querer
por ti, Jesús Pastor,
crezco sin perder
del Evangelio su frescor.
Sí de consiliario
y de solidario,
sí de operario
y de precario.
Dejándome amar
por ti, Jesús Pastor,
renazco en el consolar
a los anclados del dolor.
Sí de trinitario
y de comunitario,
sí de humanitario
e intermediario.
Dejándome querer
por ti, Jesús Pastor,
reconozco por doquier
que soy cura por amor.
Pepe Baena Iniesta
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