Después de saborear el estudio de evangelio (Marcos 1, 9-15), me han surgido de mi profundo ser estos garabatos poéticos...
Granos de arena
Entre los dedos del pie herido
juguetean granos de arena,
al unísono de Tu Cielo
camino con ganas de enmienda.
Hago de la plegaria
el verdadero consuelo,
rebosando granos de arena
hasta las yemas de Tus Dedos.
De las tentaciones del desierto
traigo granos de arena,
que son dolor redimido
de Tus Noches en vela.
Aunque vivo en cuarentena
Tu Perdón es todopoderoso,
ante esos granos de arena
que reposan en Tu Recuerdo.
Pepe Baena Iniesta
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