No existen hombres que nunca hayan roto
un plato. No ha nacido el genio que nunca fracase en algo. Lo que sí
existe es gente que sabe sacar fuerzas de sus errores y otra gente que
de sus errores sólo saca amargura y pesimismo. Y sería estupendo educar a
los jóvenes en la idea de que no hay una vida sin problemas, pero lo
que hay en todo hombre es capacidad para superarlos.
No
vale, realmente, la pena llorar por un plato roto. Se compra otro y ya
está. Lo grave es cuando por un afán de imperfección imposible se rompe
un corazón. Porque de esto no hay repuesto en los mercados.
Precioso Pepe! Felicidades por tu blog!!! Un abrazo
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