dimecres, 30 de setembre del 2015

Nací en el Mediterráneo





Todos y todas hemos nacido en una tierra que nos ha dado a conocer a los demás. Yo nací en Barcelona gracias a unos padres que habían dejado su tierra natal en busca de mejores condiciones de vida. El cantautor catalán Joan Manel Serrat siempre ha sido un referente en mis raíces abiertas al mundo. Su canción “Nací en el Mediterráneo” se ha convertido en un icono sin llegar al fanatismo.



(…) A tus atardeceres rojos

se acostumbraron mis ojos

Como el recodo al camino

Soy cantor, soy embustero

Me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero

¿Qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo?

Nací en el Mediterráneo. (…)



Llevo 51 años viviendo muy cerca del mar con su música de fondo que me hace canturrear nuestros orígenes: el Paraíso Terrenal. Todos y todas venimos de un mismo tronco creacional. Dios nos ha formado para vivir juntos con los demás que están hechos del mismo barro de humanidad.  Entonces Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma, sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre comenzó a vivir. (Génesis 2, 7)


Nuestro planeta Tierra es el hogar de miles de millones de personas que ven el mundo desde su lugar de nacimiento. Con sus derechos propios de cualquier ser humano y el deber de cada uno para respetar la diversidad sin caer en una uniformidad que asfixia a la persona en su dimensión personal y social.

Nuestra pequeña parroquia de Sant Francesc d’Assís quiere ser ejemplo de pluralidad en comunión con Jesucristo, que es el único que fundamenta la unidad. Lo pudimos experimentar el pasado sábado 19 de setiembre en la convivencia parroquial abierta al barrio en Solius (Girona). Unas 90 personas con sus biografías cargadas de relatos personales y colectivos, experiencias labradas a golpe de vida, comunicación expresada en diversos idiomas, cultura compartida a fuerza de historia… Aunque haya tensiones buscamos que nos tense Jesús para vivir el ser comunidad con amor fraterno y no con dolor de la incomprensión y la falta de respeto.

Hoy estamos llamados a votar en las elecciones autonómicas de un pedazo de tierra llamada Catalunya con 7 millones de personas. Sólo pido al Señor que desde el Evangelio de Jesucristo vivamos nuestra ciudadanía con libertad y no con miedo de lo que dicen o de lo que no dicen. No os voy a indicar a quien debéis votar. Sólo os voy a dejar un extracto de la nota de los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que abarca las diócesis que están en el territorio de Catalunya (7 de setiembre de 2015): (…) Recordamos el deber de todos los ciudadanos a participar activamente en las elecciones como una manera de ejercer la propia responsabilidad en la búsqueda del bien común, y mucho más en un momento crucial como el que estamos viviendo, que puede tener consecuencias de larga duración. Por eso, es necesario que cada uno exprese por medio del voto las propias opciones, teniendo presente los grandes valores que deben estructurar la sociedad, como son el respeto a los derechos de las personas, de las familias y las instituciones, así como la honestidad y la transparencia de la gestión pública; y la regeneración de la política, pensada en una visión amplia, y que priorice la justicia y la atención a los más débiles y a los que sufren el peso de la crisis económica. Entre todos tendremos que continuar potenciando la convivencia de la sociedad catalana dentro de la pluralidad de ideas, convicciones, opciones y sentimientos, que quiere decir animar la construcción de una sociedad democrática, solidaria, acogedora con los emigrantes, respetuosa con todas las sensibilidades y defensora de las libertades. Habrá que continuar trabajando para erradicar los efectos perniciosos de la crisis económica, buscando caminos que permitan mejorar la situación de tantas personas que viven en el paro, en la estrechez, en la pobreza o en la marginación. (…)



Pepe

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