divendres, 15 de maig del 2015

Nadie está excluído del Amor de Dios

 

Hace poco tiempo que falleció Eduardo Galeano dejándonos su testamento vital en sus escritos reivindicativos y bellos. Rayotes,  renglones, frases, expresiones lingüísticas que revientan cualquier realidad apretada por el cinturón de los que se creen todopoderosos e ilusos por engañarse al creer que han desbancado al mismo Dios Amor... Por eso, en este rincón recupero la memoria de los "nadies" porque sí que son "alguienes" para el Padre de todos y todas...




Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata

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